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La icónica saga del universo mágico seguirá dando de qué hablar
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Empiezo a pensar que la única persona a la que de verdad le interesa la nueva adaptación de la saga 'Harry Potter' es a J.K. Rowling. O, al menos, que lo que de verdad le interesa de la serie que prepara HBO es limpiar su imagen y volverse a acercar al sector más progresista del fandom que la dejó de lado por sus polémicos comentarios hacia las personas trans.
La autora de las novelas de éxito ha copado recientemente los titulares de la actualidad televisiva por decir que no tiene pensado despedir al actor Paapa Essiedu de la serie de televisión.
El actor fue uno de los primeros que se anunció del nuevo elenco y el que ha sido elegido para interpretar al personaje de Severus Snape en la ficción televisiva -que tiene previsto durar más de diez años y promete ser una de las series más caras de la historia-, pero se ha posicionado en defensa de los derechos de las personas trans. Algo que no parece hacerle gracia a la escritora.
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La semana pasada, Essiedu, junto a más de 1.500 personalidades del mundo del cine y la televisión, firmó una carta abierta que condenaba el fallo de la Corte Suprema del Reino Unido -se puede leer en medios como The Guardian-. Esto se producía justo después de que se aprobase en la Ley de Igualdad que el término "mujer" se refieren a una mujer por su sexo biológico.
"Creemos que el fallo socava la realidad vivida y amenaza la seguridad de las personas trans, no binarias e intersexuales que viven en el Reino Unido", decía la carta, que también firmaron otros actores del universo de 'Harry Potter' como Emma Watson, Eddie Redmayne y Katie Leung.
En el mismo escrito se habla también de que los profesionales de la industria “deben trabajar ahora urgentemente para garantizar que nuestros compañeros, colaboradores y audiencias trans, no binarios e intersexuales estén protegidos de la discriminación y el acoso en todas las áreas de la industria, ya sea en el set, en una oficina de producción o en un cine”.
Por otro lado, Casey Bloys, CEO de HBO, ya habló sobre el tema, comentando que había ignorado las preocupaciones que había sobre las posibles reacciones negativas a la serie y haciendo referencia al éxito del videojuego 'Hogwarts Legacy', que a pesar del revuelo se convirtió en el juego más vendido de 2023.
Recientemente, en una entrevista con el podcast The Town, Bloys dijo también que Rowling tiene derecho a tener su propia postura política. "Está bastante claro que esas son sus opiniones políticas personales. Tiene derecho a tenerlas. 'Harry Potter' no está siendo influenciado por nada en secreto. Y si quieren debatir con ella, pueden hacerlo en Twitter. La decisión de colaborar con J.K. Rowling no es nueva para nosotros. Llevamos 25 años en el negocio".
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Sin embargo, tras el posicionamiento público de actores como Essiedu, J.K. Rowling, que no parece saber escribir en redes sociales de otro asunto que no sea el de las personas trans, puso en X (antes Twitter) lo siguiente: "No tengo el poder de despedir a un actor de la serie y no lo ejercería si lo tuviera. No creo en quitarle el trabajo ni el sustento a la gente por tener creencias legalmente protegidas que difieren de las mías".
Y eso me lleva a pensar que en realidad no solo le importa la serie en sí como un proyecto prometedor que aportará una nueva visión de creación, sino que tiene la intención de limpiar su imagen, desvincularse de las películas -protagonizadas por actores abiertamente posicionados en favor de los derechos LGTBIQ+- y acercarse de alguna forma al sector más progresista del fandom.
Se convirtió en lo que quiso destruir
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Harry Potter no es solo una saga de libros o películas. Sus personajes se convirtieron en amigos para muchos lectores y su universo fue -y sigue siendo- un refugio para aquellos que se sentían incomprendidos en el mundo que les rodeaba. Muchas personas crecieron junto a los protagonistas y los actores de los largometrajes y también se encendió en ellos la chispa de la imaginación o incluso el amor por la literatura. Y nos enseñó que, aunque no se pueda ver algo, no significa que no exista.
La historia de J.K. Rowling también es realmente inspiradora -fue una madre soltera a la que rechazaron hasta 12 editoriales antes de que le llegase su oportunidad- y no solo se adelantó a su tiempo con sus historias, sino que nos ha dejado una enseñanza muy importante: que la verdadera familia es aquella que eliges, no la que te asignan por nacimiento.
Y siempre ha sentido mucho cariño por sus personajes y sus fans, mostrándose muy cercana y ganándose rápidamente su cariño por su apoyo a las personas incomprendidas o que vivían en los márgenes.
De hecho, también dijo que imaginaba al profesor Dumbledore como un hombre gay en 2007, defendiéndole contra todos los haters de internet; y respaldó que se eligiera a Noma Dumezweni como Hermione en la obra de teatro de 2016, contra el odio que recibió por ser una persona racializada.
Sin embargo, pronto se acabó convirtiendo en el mismo tipo de villana que retrata en sus libros y dejó que el Dementor le arrebatase la última pizca de empatía que le quedaba.
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En contra de los derechos humanos
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En los últimos años, la autora ha se ha posicionado en contra de la existencia de las mujeres transgénero y no solo ha expresado su opinión sin avergonzarse de estar en contra de los derechos humanos más básicos y universales, sino que además ha apoyado económicamente una campaña de las activistas de For Women Scotland, un grupo que ha presentado recursos legales argumentando que las mujeres trans no deberían ser consideradas mujeres.
Y el tema no queda ahí, porque cuando se confirmó que esto mismo se había incluido en la Ley de Igualdad de Gran Bretaña, la autora publicó una foto en la que posaba orgullosa -con una copa en la mano y un cigarro en la otra- acompañándola de un texto que decía: "Me encanta cuando un plan sale según lo previsto".
Un giro perverso que se alinea con su ideología y que no deja de chocar con el trasfondo de su obra. Porque lo que está haciendo en realidad es apoyar una legislación que puede tener consecuencias nefastas para muchas personas que ya de por sí son discriminadas y que incluso podrían haber llegado a sentirse más a salvo alguna vez en sus libros.
Puede que esté en su derecho a opinar -aunque ir en contra de los derechos de un colectivo marginado no lo sea por definición-, y que puede hacer con su dinero lo que quiera, pero no deja de ser decepcionante que una persona tan inspiradora como lo era ella se haya convertido en la villana de su propia historia.
Qué esperar de la nueva adaptación
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Es posible que muchos fans tengan la intención de boicotear todo lo que tenga que ver con 'Harry Potter' por cómo la autora ha embarrado la magia que tenía la franquicia. Y no les culpo.
De hecho, aunque el punto de partida de la nueva serie de HBO sea interesante por la historia en sí, lo cierto es que son muchos los elementos que juegan en su contra. Por mucha ilusión que pueda hacernos y que se nos haya prometido preservar la integridad de los libros y profundizar más, lo cierto es que el legado de Harry Potter está muy bien tal y como está.
Y también es verdad que, además de la polémica que rodea a la autora, muchos fans lo tendrán realmente complicado para no comparar la serie con una saga de películas que ya era increíblemente mágica.